viernes, 10 de marzo de 2017

¡Que vienen los bots! Las aplicaciones de mensajería: nuevo reto del periodismo



Uno. Las aplicaciones de mensajería están dominando a las redes sociales para convertirse en las plataformas dominantes de los teléfonos. Los datos de Digital Media Insider dicen que Whatsapp, Facebook Messenger, Wechat y Viber tienen 2.125 millones de usuarios activos mensuales en todo el mundo desde dispositivos móviles; el mismo número que Facebook, Twitter, LinkedIn e Instagram combinados. Sólo que en este caso también se incluyen millones de usuarios exclusivos de ordenadores.

Dos. Tengamos claro que no son sólo alternativas gratuitas a los SMS. Los usuarios de aplicaciones de mensajerías comercializan emojis, pegatinas, GIF, videoclips, fotos, noticias y videollamadas. Estas aplicaciones están surgiendo cada vez más como centros de comercio electrónico y de interacción entre empresas.

Tres. Los medios buscan a los lectores allá donde están y han caído en el entorno de Google y Facebook. Pero al publicar en plataformas como Instant Articles o AMP, los medios han dejado en manos de ajenas, en este caso de Silicon Valley, la publicación de sus propias historias. Conservan la marca, eso sí, pero un tanto perdida entre las fotos y los anuncios que inundan las páginas de Facebook. 


En este punto, muchos se preguntan si se debe invertir recursos para potenciar nuestra audiencia en plataformas ajenas que por ahora no dan dinero o hay que seguir intentado traer audiencia a los contenidos de nuestra web.

Buscar a los lectores allá donde se encuentran

No hay duda. La era de la aplicación de mensajería ya está aquí. Las redes sociales como tales son ya historia en un mundo donde las aplicaciones de mensajería son cada vez más mediación cotidiana en todo tipo de interacciones digitales. Y, más aún, se empieza a abrir paso la idea de que estas aplicaciones son la nueva frontera del periodismo. Sus usuarios son jóvenes y asiduos, un público que los medios convencionales han perdido y que apenas ha llegado a los digitales. La clave es ir adonde están los usuarios, no esperar a que ellos vengan hacia ti.

Y a esa tarea se han puesto medios como Quartz y periodistas como Rebecca Harris, fundadora de Purple. Y para ello ha recurrido a los bots y han construido herramientas que les permiten contar las cosas de otra manera.

Un bot es una aplicación que no hay que instalar; se ejecuta en el servidor de alguna empresa y tiene como objetivo interactuar directamente con el usuario para automatizar alguna acción, porque entre otras cosas, intentan imitar el comportamiento humano. Los bots simulan tener una conversación con el usuario cuando en realidad lo que hacen es buscar palabras clave que pueden interpretar como un comando. Hasta ahora han posibilitado acceder a servicios como una tienda online, restaurante o alertas de tráfico y se han adaptado perfectamente al mundo de las conversaciones de texto.

Microsoft tiene ya su plataforma para crear bots: han diseñando aplicaciones para que desarrolladores y empresas tengan más fácil crearlos y que se conecten a chats como Skype, Telegram, Kik o Facebook Messenger. Kik, por cierto, tiene su propia tienda de bots y los jóvenes agregan a sus chats e interactúan con bots de la tienda de ropa H&M o la información meteorológica de The Weather Channel.

También Facebook cuenta con una plataforma para desarrolladores que permite agregar bots a Messenger de, por ejemplo, información general con la CNN, o financiera con Wall Street Journal.


Con estos precedentes, era previsible que los visionarios del periodismo se lanzaran también a la aventura. En Quartz comenzaron con una app que enviaba una notificación con un haiku al cierre de Wall Street, gráfico del día incluido. Estaba construida en torno a un diálogo con emoticonos entre el medio y su público y al principio tenía un cierto aire robótico. Luego buscaron un tono más desenfadado y ha tenido cientos de miles de descargas. La clave está en los diálogos.


Rebecca Harris lanzó Purple como una forma original de llegar al público joven en tono de conversación. Y el New York Times creó un bot y se lanzó a la aventura para potenciar su cobertura electoral, como hizo eldiario.es en España a través de Telegram o El País en Facebook Messenger. La experiencia del periódico estadounidense acabó en fracaso. Sus promotores permitieron a los lectores hacer preguntas abiertas pero descubrieron que la inteligencia artificiar tiene todavía sus limitaciones.

Todo se andará. La inteligencia artificial tiene sus limitaciones y no permite grandes interactuaciones en este momento… “Ese aire robótico”. Pero los avances son constatables día a día y en muchas redacciones se trabaja ya intensamente en el asunto. A los lectores, hay que buscarlos.